Por fin hoy mi primera clase en casa con mi entrenador personal. Cuando veo al entrenador con esa camisa de tirantes y ese pantalón corto me cuesta prestar atención a lo que me está diciendo. A mitad de la clase estoy completamente agotado y le digo que ya no puedo más. El se me queda mirando fijamente y me dice que me va a dar algo que seguro conseguiré que me levante. Cuando veo el tremendo pollón que tiene entre las manos se me quita todo el cansancio y estoy deseando tenerle pegado a mi culo sin parar.