Mi jefe es un madurito trajeado y forrado que en lo único que piensa es en el trabajo. Todos los días se queda dormido de camino a casa en la limusina. Hoy no soy capaz de controlarme y cuando le veo tan dormido en el asiento de atrás me lanzo a sobarle el paquete. No me doy cuenta de lo que estoy haciendo hasta que levanto la cabeza y veo a mi jefe completamente despierto y mirándome con cara de sorpresa. Mira tú por donde mi jefe resulta ser un vicioso muy caliente al que le encanta jugar con mi culo.