Después de terminar mi entrenamiento en el gimnasio y de una ducha rapida tengo cita con el masajista. Cuando entro me sorprende mucho que no es el masajista de siempre sino un cachas tatuado y de barba que está bien bueno. Me tumbo dispuesto a relajarme. Lo cierto es que me encanta la forma en la que da su masaje hasta que empiezo a notar sus manos paseándose por mi culo. Pero lo que acaba de volverme loco son un par de lametones tímidos que su lengua viciosa dan a mi culo.
6.265 reproducciones - subido el 5/04/2020