Mi jefe no me deja ni respirar. Todos los día me tiene metido en su oficina haciendo montones increíbles de papeles. Más de una vez cuando consigo levantar la cabeza del ordenador para respirar le sorprendo mirándome fijamente muy pensativo. Hoy parece más serio de lo normal. Cuando de repente se lanza hacia mi y pone su mano sobre mi bragueta. Yo era incapaz de moverme mientras me bajaba la cremallera y empezaba a lamerme los huevos y la polla como un loco poseso. No conforme con eso me pide desesperado que le folle el culo.