Soy monaguillo en la iglesia de mi barrio y todos los fines de semana voy a misa sin perderme ni uno aunque mis amigos veinteañeros alocados se rían de mi. El cura de la iglesia es un madurito de mal carácter que este fin de semana me hecho una bronca por qué dice que mis amistades me llevan por el mal camino y que merecía un buen castigo. Y claro que me castigo metiéndome su polla tiesa en el culo y follándome salvajemente. Si mis amigos supieran lo que disfrute con la polla del cura no se reirían tanto.
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