Después de salir de fiesta me quedo en casa de un amigo a pasar la noche. Cuando me levanto me encuentro con su hermano en el sofá del salón pajeándose y haciéndose fotos a la polla. En un principio me resulta una situación incomoda y muy graciosa a la vez mientras me repito que tan solo es un veinteañero travieso al que no tengo que hacer caso. De repente me encuentro a su lado y paseando mi mano por sus pezones mientras mi polla húmeda esta apunto de reventar mientras el hermano de mi amigo juega con ella.